La
característica sintáctica más notable del sujeto es la de que
su núcleo obliga al verbo a concordar con
él. Por ello, es muy fácil "desenmascararlo": basta con
cambiar el verbo de número (y/o persona). Al hacerlo,
a) la
oración sonará mal --> el sintagma que al cambiar de número (y/o
persona) haga que la oración "vuelva a sonar bien" será el sujeto.
(Si se trata de una oración, sustituyamos primero a la "sospechosa"
por este hecho esta cosa y trabajemos con este sustituto).
b) la
oración suena bien --> el sujeto está omitido
c) no es
posible cambiar el número o la persona del verbo --> la oración es
impersonal